Parte I - Capítulo 2 - La Mujer del Instituto



Parte I - Capítulo 2




La Mujer del Instituto





Johnny, Francis y Jaime dibujaban con sus brazos en el espacio de la sala de conferencias como bailarines en una obra surrealista. La audiencia de estudiantes y profesores atendía atónita a otra de sus magistrales presentaciones. Ahora Johnny tecleaba en el aire y el monitor LED mostraba el título de la presentación de hoy: Bionanotecnología, ahora, aquí. Los tres amigos superdotados habían sido becados por el exclusivo colegio de secundaria considerando que serían un buen ejemplo para los demás. Y lo eran. Todos en el colegio admiraban a los jóvenes prodigiosos.

Un movimiento de muñeca de Jaime conectó la cámara de su lente de contacto derecha. Todos en la sala de conferencias pudieron verse reflejados en el gigantesco monitor junto con la siguiente diapositiva: Sponsored by MIT Nanobiotechnologies.

-Esta es la cámara que uso para grabar vídeo y tomar fotos -se escuchó su voz amplificada por el sistema de megafonía-. Esta dotada de un sistema anti-vibración parecido al que usa el cerebro humano. Por eso la imagen que ven en pantalla es estable. Pero, mucho más importante, también es la cámara que recibe las órdenes que envío a la computadora a través de mis manos. Asimismo, es el dispositivo que capta los movimientos de mis dedos al digitar en el teclado virtual.

Y Jaime escribió unas palabras superpuestas sobre el gran monitor: La cámara está ubicada en una lente de contacto en mi ojo derecho. Los estudiantes del colegio no daban crédito a lo que veían. Verdaderamente parecía algo de ciencia ficción. Había cámaras diminutas en las lentes de contacto de los niños prodigio. Y un teclado en el aire.

-En el ojo izquierdo -continuó Jaime-, hay una cámara secundaria que completa el sistema antivibración.

Su amigo Francis explicó con diapositivas e imágenes a tiempo real cómo funcionaba el sistema de visualización de sus lentes de contacto bionanotecnológicas, con su motherboard, el CPU, cámaras, sistema de refregeración, conectividad con la computadora de pulsera y, lo más importante, su sistema de auto alimentación energética.

-Tanto la pulsera como las lentes de contacto, utilizan la energía térmica de nuestros cuerpos como fuente de alimentación.

Francis hizo zoom sobre uno de sus archienemigos de fútbol que estaba sentado en primera fila, Raúl. Su cara ocupó la pantalla por completo. A continuación, tecleó en el aire unas palabras que se vieron como subtítulos: Empujaste el balón con la mano y lo puedo demostrar. Luego, hizo un ademán con su mano derecha y se abrió una ventana superpuesta sobre la frente de Raúl. Inmediatamente, se vio un vídeo del último partido de fútbol. Para sorpresa de todos los presentes, Raúl, la estrella de fútbol del colegio, marcaba gol con la mano.

-Lo bueno de tener una cámara en el ojo, es que puede grabar todo lo que ves -dijo Francis a través del sistema de megafonía.

Tanto estudiantes como profesores se levantaron de sus asientos y aplaudieron entusiasmados. Las presentaciones de los tres amigos siempre eran geniales, pero esto era lo máximo. Incluso Raúl aplaudía, riéndose, orgulloso de que su osadía fuera tan notoria y famosa. A continuación, Johnny explicó cómo se manejaba la computadora de pulsera, con fuente de energía térmica humana, capacidad para telefonía, Internet, micrófono, parlante, conectividad con las lentes de contacto y audífono. Sistema operativo basado en Android, compatible con otros sistemas. Disco duro con un tera de capacidad. Totalmente antichoque y sumergible. Johnny maniobró con sus brazos y todos pudieron ver la gran pantalla dividirse en tres. Cada parte mostraba lo que cada uno de los chicos veía a través de sus lentes de contacto, incluyendo imágenes superpuestas que mostraban iconos y barras de tareas. En ese momento, iniciaron una sesión de chat con videoconferencia.


-¿Qué ves, Francis? -preguntó Johnny.
-Un montón de bocas abiertas, Johnny. Aparte de la barra de tareas -dijo señalándola en el monitor-, la hora, la conexión de Internet, el sensor de movimiento, el GPS, y tu linda cara!
-Pero, lo más avanzado de estas computadoras es su capacidad para detectar y conectarse con cualquier otro dispositivo electrónico sin necesidad de cables -apuntó Johnny-. Todo lo que ven en el monitor es enviado a través de un protocolo infrared.
-En realidad -continuó Jaime-, estas maravillas bionanotecnológicas, son capaces de detectar y establecer protocolos de comunicación con computadoras futuras más avanzadas, ya que son capaces de predecir y emular entornos de programación no conocidos, e incluso -se emocionó Jaime- son compatibles con la nueva red de Internet biotecnológico y las nuevas computadoras bioquímicas con microchips dotados de colonias de neuronas humanas que estarán saliendo en el año 2050.
-Pero -interrumpió Francis-, sin ir tan lejos, lo que verdaderamente nos interesa hoy, es demostrar cómo funciona la detección de dispositivos. Miren.

En el monitor LED apareció un listado completo de todos los teléfonos celulares, las cámaras de seguridad, el sistema de sonido e incluso un inventario de aparatos eléctricos tradicionales, como lámparas, interruptores de luz, alarma anti-incendios.

-¿Así que no han apagado sus celulares antes de entrar? -increpó Johnny-. Pues ahora van a ver -advirtió.

Gesticulando con sus brazos y manos como si estuviera pescando truchas en un río, navegó por el listado de celulares y escogió el de la profesora de química, Marisol.

-Usted siempre nos castiga cuando suenan nuestros celulares en clase. Pues ahora va a ver.

Abrió la carpeta de vídeo del celular de la profesora y seleccionó un icono donde aparecía la profesora en una fiesta. Mientras la profesora amenazaba, se quejaba, y se disponía a apagar su celular. Todos en la sala la pudieron ver hacer el baile de la macarena con un manojo de plátanos en la cabeza.

-De nada le sirve apagar su celular, profesora, mi computadora solo tardó una décima de segundo en capturar el vídeo.

Todos reían maravillados. Juegos, ¿tienen juegos? Pedían algunos.

-Mejor que juegos -respondió Jaime. Tenemos una consola, algo parecido a una Wii. O sea, que podemos jugar a ping pong, o enfrentarnos en batallas medievales, o pilotar un avión. Miren -anunció-. A ver, chicos -ordenó dirigiéndose a Francis y Johnny-, escojan sus avatares.

El programa no tardó en cargarse.

-Traigan las escobas -pidió Johnny.

Ante los ojos maravillados de los colegiales, los tres amigos pidieron al sistema una “lógica de reconocimiento de arma”. Los muchachos blandían escobas, pero en el monitor LCD, eran espadas. E iniciaron una inocente demostración. Cada uno de ellos lanzaba su espada contra un enemigo invisible pero, no sólo chocaba el acero con gran estruendo, sino que los propios avatares daban brincos, volaban en el aire. El escenario era el mismo auditorio de bocas abiertas.

-También se puede ordenar una lógica de reconocimiento de enemigo virtual -explicó Francis-. Johnny, Jaime y yo ya somos enemigos oficiales a través de nuestros avatares, pero cualquier persona puede ser reconocida por el sistema y convertida en enemigo -explicó mirando a su rival de fútbol. ¡Cuidado, Raúl!

Francis blandió su espada sobre Raúl y le cortó el cuello. El futbolista perdió la calma por unos instantes. Ver su cabeza ensangrentada rodando por el suelo no presagiaba nada bueno. Qué dirían sus fans. Pero todo era realidad virtual. En la gran pantalla, la cabeza rodante se pixeló y desapareció, así como se pixeló el cuerpo decapitado.

-Eres historia, Raúl -bromeó Francis.
-¡Historia eres tú. Yo te voy a pixelar a ti de un balonazo. Solo espera a nuestro próximo partido! -replicó Raúl perdiendo los estribos ya por completo.
-¡No eres real, amigo! -respondió el primero.

Después de esa pequeña demostración amistosa, los tres amigos iniciaron su combate histórico. Un guerrero inca con cara de jaguar se lanza a los pies de un terrible vikingo. Este último levanta su espada para matar al inca, pero el guerrero jaguar lanza la suya contra los tobillos del vikingo derribándolo. Esta desventaja es aprovechada por el ninja, quien ahora puede escoger a quién matar. Su afilada espada termina con el vikingo y este queda fuera de juego. Adiós Francis, ahora es entre Johnny y Jaime. Johnny. La audiencia no puede creer que se estén liando a sablazos en medio del auditorio. Nadie se siente muy seguro en su asiento. ¡Cuidado, profesora! El guerrero inca, salta como el puma y esquiva la espada del ninja. Apoya un pie sobre el hombro del japonés y el otro sobre su cabeza. El ninja cae al suelo con el jaguar encima. La profesora se hace a un lado horrorizada. El guerrero inca lanza su espada verticalmente sobre el pecho del ninja, pero este último es rápido y no se deja sorprender de nuevo. Un giro a la derecha es todo lo que necesita para hacer que el jaguar inca pierda el equilibrio, pero el felino se contorsiona hacia atrás y lanza una estocada sorpresa que deja al ninja con su torso atravesado por el acero. Game over.

Escoba en mano, los tres amigos pararon de dar saltos por el auditorio. Tanto profesores como alumnos, felices de estar vivos, se pusieron en pie de nuevo irrumpiendo en aplausos y felicitaciones para los jóvenes guerreros. Sin duda alguna, esta ha sido su mejor presentación.

···

En la oficina del Instituto Cerebrum, Marcia Pisfil estudiaba los datos que recibía en tiempo real de las pulseras de MIT. Bonito regalo de millón de dólares, pensaba. Si los padres fueran tan fáciles de convencer como los niños... Cuarenta mil dólares. Hoy ofreceré cuarenta mil. Si no quieren aceptar eso, ochenta mil. Hasta medio millón, puedo llegar hasta medio millón como máximo. Pero eso reduciría bastante mi comisión. Y esa casita en Miami me está esperando. Voy a ser vecina de celebridades. Me haré su amiga. ¡Conseguiré que me inviten suntuosas fiestas! Y ella sola se emocionaba fantaseando, esperando el momento en que pudiera codearse con lo más selecto de Miami.

Desde el piso trece de la Torre Telmex, Marcia miraba los microbuses pasar justo debajo de su oficina. Qué asco de ciudad, ni en Miraflores nos libramos de esa basura. Cuándo prohibirán que pasen por aquí esos micros. Los micros pasaban veloces, dando bocinazos que se escuchaban hasta el piso trece, recordando a Marcia constantemente de dónde venía. Igual que un microbús, ella también había venido de un barrio humilde del extrarradio y sólo ella conocía todas las penurias que había tenido que pasar para salir de ese infierno natal. Pero, al contrario que los sucios y viejos autobuses, ella se había quedado en Miraflores y ya nunca más había mirado atrás.

Marcia volvió a prestar atención a los datos que tenía en pantalla. Increíble. Mis clientes van a estar más que contentos con esto. Los tres niños tienen justo lo que buscamos. Y en cantidades extraordinarias. Este año podría llegar a los tres millones de dólares y, entonces, adiós Lima, hola Miami. Adiós para siempre ciudad ruidosa. Aquí te quedas con toda tu mugre y tu podredumbre. Y ahora, a por Isabel Mayta. Se miró al espejo y pensó, todo por la plata.

···

Isabel, la madre de Johnny, se preparaba para ir al hospital. Por fin podría relajarse un poco examinando pacientes, recomendándoles dietas, refiriéndolos a los especialistas correspondientes. La verdad, últimamente estar en casa había sido algo estresante. Demasiada gente estaba interesada en su hijo, Johnny. Incluso habían venido de la Dirección de Investigación Criminal. Un tal Alberto Torres, un auténtico tarado que le hizo rarísimas preguntas sobre su esposo. Desde su casa escuchaba el rechinar de llantas de los veloces microbuses que pasaban haciendo carreras por la calle San Martín. En cualquier momento, Johnny regresaría del colegio y ella iría a su trabajo. Otra vez llamaron a la puerta de su vieja mansión y, una vez más, Isabel Mayta se veía obligada a perder el tiempo discutiendo con la mujer del instituto.

Para cualquier persona, la señora Pisfil era como una visión de pesadilla, una cosa sin sentido. Pero, ante los ojos experimentados de una doctora, la mujer del instituto era simplemente un adefesio de quirófano. Una suma de operaciones de cirugía plástica cuyo objetivo era ocultar los traumas de su torturada mente. Sin éxito, por supuesto.

Cansada por el calor y por estar de pie, incómoda por tener que venir a rogar una vez más, Marcia Pisfil fue directa al grano sin apenas saludar.

-El instituto está dispuesto a doblar la última oferta de veinte mil dólares.
-Ni hablar. No van a experimentar con la mente de mi hijo.
-Pero, mire donde vive -dijo la mujer señalando la destartalada vivienda-, tiene suerte de que aquí no haya servicios sociales que le puedan quitar a su hijo. Desde luego, este sitio no es apto para...
-El dinero no lo es todo.
-Su esposo parecía más interesado, cuando hablé con él esta mañana.
-Sabe perfectamente que mi esposo siempre se ha opuesto a la idea.
-Pero cuando le dije que el instituto, además de ofrecer la generosa suma, estaba dispuesto a conseguir una plaza para su hijo en la mejor universidad de Estados Unidos con todo pagado...
-Precisamente en ese país es ilegal llevar a cabo los experimentos que quieren realizar. Vienen aquí con su dinero para poner en riesgo la vida de nuestros hijos. De ninguna manera.

El joven Johnny saltó del autobús, enfiló la calle Martínez y se quedó parado. Al ver a la mujer del instituto, decidió aguardar en una esquina desde donde podía escuchar la conversación sin ser visto. Había algo siniestro en la negra mirada de esa mujer que él prefería evitar.

-No sé de qué experimentos me habla. Le aseguro que se trata simplemente de un scan.
-Todos sabemos lo que están haciendo. ¿Qué me dice del niño muerto?
-No fuimos nosotros. Le aseguro que no tiene nada de qué preocuparse. Nosotros solo queremos datos -mintió Marcia Pisfil.
-Me parece muy sospechoso que ofrezcan tanto dinero solo por unos datos.
-Tengo órdenes de regresar a mi oficina con un “sí”. La mente de su hijo es demasiado valiosa, ¿no se da cuenta? -amenazó Marcia perdiendo la calma.
-La respuesta es “no”.
-Hoy la respuesta es “no”, señora Mayta, pero llegará el día en que la respuesta sea “sí”. Se lo aseguro. Buenos días -se despidió.

Johnny temblaba de miedo. Ser el conejillo de indias de una poderosa institución era su peor pesadilla. Desde que salió ese programa de televisión sobre los niños superdotados de Perú y sus logros académicos, no habían dejado de venir extraños a la casa con todo tipo de propuestas. Pero la mujer del instituto era la que más miedo le daba.

-No temas, Johnny -sonó la voz de su abuela-, nada va a pasarte.
-Eres telepática, abuela.
-Vamos, entra en la casa.

La abuela María siempre había estado ahí para Johnny y es que tenía la cualidad mágica de aparecer en el momento que más la necesitaba. Estar junto a ella hacía que se sintiera bien. Ser un niño superdotado no había sido nada fácil y, a veces, le daba la impresión de que solo la abuela lo comprendía. Sin embargo, Johnny no era la única persona que la necesitaba. María era una respetada chamanesa descendiente de un antiguo linaje cuyo origen se perdía en los tiempos de los incas, por lo que estaba bastante ocupada con toda la gente que venía a verla. A Johnny le fascinaba el chamanismo, pero la abuela siempre le había dicho que su magia se pasaba únicamente de abuela a nieta.

-Pues no sé a qué esperas para tener una nieta, abuela -bromeaba Johnny cuando tocaban el tema-. Ya sabes las ganas que tengo de tener una hermana -esto último bien en serio, porque no había nada en el mundo que él deseara más.
-El momento llegará, Johnny. Todo llega en esta vida. Todo llega.

La abuela cuidaba todo como si estuviera vivo, incluso los objetos más humildes eran dignos de su respeto. El espíritu es el tejido que conecta todas las cosas que hay en el universo, solía decir. Por eso, hasta las piedras tienen espíritu, Johnny. Y nunca tenía prisa, era como si el tiempo fuera un gato que la abuela acariciase suavemente. Ella era como un libro de sabiduría y le había enseñado que el miedo era la fuerza más destructiva de la naturaleza. Todos tenemos una misión en la vida, Johnny, le decía a veces a modo de premonición, y pronto descubrirás la tuya.

3 comentarios:

  1. Anímate a participar en este blog. ¿Qué te parece la historia de momento? Tu opinión es importante. Si no tienes cuenta, puedes participar como "anónimo". Gracias.

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  2. Muy buena inventiva que me parece basada en una realidad.
    Tienes muchas ganas de salir?
    Los datos tecnicos, yo ignoro si son reales o son tambien inventiva
    Seguire tu novela aunque no se si puedo descargarla ahora toda ella completa.
    Un abrazo
    Manuel

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    1. Gracias, Manuel.
      Tienes razón, es algo autobiográfica. Me he inspirado bastante en experiencias que tuve por la selva, el volcanes activos, en terremotos, etc. Además de experiencias de otra naturaleza, como pintar cuadros, que también ayuda con el proceso creativo.
      En cuanto a lo de la imaginación, las lentes de contacto con cámara incorporada ya existen, y los microchips con colonias de neuronas humanas se espera que estén listos en el 2050. Por lo demás, solo te diré que la realidad siempre supera a la ficción =)Espero más comentarios. Saludos.

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